Aunque para muchos puede ser considerado como un negocio, el narcotráfico trae consigo grandes consecuencias que afectan al medio ambiente. Por ejemplo, por cada hectárea de coca plantada, se tienen que destruir tres hectáreas de bosque tropical y por cada hectárea de amapola se cortan 2,3 hectáreas de bosque. Ahora bien, ¿es realmente justo que en estos momentos en los que se esta promoviendo la conservación del medio ambiente se piense en legalizar las drogas sacrificando tantas hectáreas de bosque?
En los últimos diez años en Colombia se han destruido 2,2 millones de hectáreas de bosque tropical para sembrar cultivos ilícitos.
¿Y qué tal si se conociera cual es el grado de contaminación que producen las sustancias químicas que son implementadas para la producción de estas sustancias?
Son los ecosistemas como el Macizo Colombiano, la Sierra nevada de Santa Marta y cientos de tierras vírgenes las que se están viendo contaminadas y que generan deforestación y pérdida de biodiversidad. Por otro lado, Colombia es considerada por muchos como uno de los países con los paisajes y la naturaleza más hermosa del mundo. ¿Será que en unos10 años seguirá teniendo estos mismos espacios? Considerando en gran medida los altos niveles de hectáreas que son requeridas para los cultivos ilícitos sin dejar de lado otros aspectos que la afectan.
El estado en su afán por eliminar dichos campos, ha recurrido a la implementación de químicos y plaguicidas que aseguren la destrucción de los cultivos. Sin embargo, estas sustancias que se utilizan de igual manera están generando elevados niveles de contaminación no solo en la naturaleza quien recibe la sustancia directamente sino en todos aquellos campesinos que se encuentran trabajando en los diferentes campos, las comunidades que se encuentran cerca de los mismos y las crecientes de agua naturales que para muchos son fuentes de subsidio.
Entonces, ¿Nos tocará escoger entre una u otra o existirá una solución que beneficie los dos lados?
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